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BARAKA: más allá de las palabras

  • liaratorres
  • Aug 24, 2021
  • 2 min read

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imagen de la portada de la pelícua

Consideración, atención o miramiento que se guarda a alguien, así es como la Real Academia Española define contemplación. Y es con contemplación y atención que debemos ver y analizar el documental Baraka. Los detalles de las tomas y sus transiciones enfatizan el mensaje que se quiere proyectar: las diversas realidades y culturas alrededor del mundo. A través de los sonidos, además, Ron Fricke, director de este filme, complementa las imágenes presentadas, aumentando la sensación de pertenencia en el documental del espectador. Así, con imágenes y sonidos, sin necesidad de diálogo, entramos en un mundo que no es el nuestro.


Las tomas realizadas en el documental muestran detalladamente la diversidad cultural y las realidades variadas que existen en el mundo. Desde las expresiones faciales, las vestimentas, los animales hasta la arquitectura de los lugares presentados en Baraka, en todos se acerca la cámara para captar detalles mínimos, pero no por eso menos importantes. Esto permite que apreciemos las emociones de las personas que se encuentran en el documental, lo que hace que empaticemos con ellas. Es debido a la minuciosa manera en la que se grabó el documental que podemos ver reflejadas las culturas, necesidades y religiones de los distintos países, todo sin necesidad de palabras o texto.


Por otra parte, el uso del sonido durante Baraka añade emoción, complementando así las tomas y transiciones del documental. A modo de ejemplo se pueden utilizar las transiciones de sonidos que se daban junto con las imágenes. Cuando se presentaba un fragmento de las tribus o lugares menos poblados, la música era más tranquila, mientras que cuando se trataba de las grandes ciudades y países con gran población, la música era más movida y rápida. Todo esto hace que se establezca un ambiente determinado que también puede dejarle saber al espectador el mensaje que se quiere llevar sin el uso de palabras o diálogos.


De esta manera, lo que observamos y escuchamos durante Baraka crea una experiencia realista en la que nos adentramos y dejamos de ser espectadores para ser partícipes de las diversas realidades que se presentan. Es por esto que, en lugar de ver y oír el documental, lo observamos y escuchamos; lo contemplamos. Salimos de nuestra realidad para adentrarnos en muchas otras. Y es precisamente eso lo que pretende la contemplación.





 
 
 

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